lunes, 9 de agosto de 2010

investigación en artes

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LECTURAS DEL CUERPO FRAGIL Y LA CONCIENCIA DE SER-HUMANO

SOY LO QUE ELIJO SER Y SABER; ASÍ, MI CUERPO ES MI CONTACTO CON EL MUNDO,
LO QUE CONFIGURA MI CONTINGENCIA Y MI EXPERIENCIA DE VIVIR EN EL MUNDO
SE DA SIEMPRE A PARTIR DE MI CUERPO.

Jaime Escobar Triana

Existimos entre dos límites incognoscibles e inexperimentables: el nacimiento y la muerte. Incognoscibles  e inexperimentables en el sentido de que nadie experimenta su propio nacimiento ni tampoco su propia muerte. Experimentamos el nacimiento y la muerte siempre, como el nacimiento y la muerte de los otros. Y entre ambos extremos, existimos en el balance y la tensión permanente entre salud y enfermedad.[1]

Y es bajo estas dos eventualidades entorno a las que giramos continuamente, vivimos en función de la muerte, pero pocas veces la pensamos y es allí en ese finísimo sector del hilo donde puede apreciarse la fragilidad del ser humano… Una fragilidad evidenciada en el momento que nos sentimos vulnerables y a merced de nuestro cuerpo; es justo allí donde pueden sentirse más de cerca los límites de la vida y es allí mismo donde se comprende el sentido de la existencia. Y el por qué de la existencia, el por qué del padecer el sufrimiento, tal vez no tengan repuesta por la vía de la ciencia, pero es el arte quien sugiere no una respuesta sino una reflexión, que nos aproxima a la importancia del papel que juega el cuerpo dentro de toda esta cadena se sucesos que llamamos vida.

Cuando se sufre una enfermedad o se es viejo, se ingresa a un estado de imposibilidad que no cesa sino hasta que sentimos tener nuevamente el control de nuestro cuerpo o hasta que nos llega la muerte. Toda nuestra corporalidad es vulnerable; además es exteriorización de algo esencialmente interno por ello todo lo que ocurra dentro será reflejado al exterior; en forma de gesto, llaga o palabra.

En la alteración de la salud, se hallan comprometidas todas las vivencias, las situaciones psicológicas, culturales y sociales[2]; es por ello que esta condición especifica coloca al ser humano en una estado de fragilidad y vulnerabilidad absoluta, donde se pierde el dominio de sí y se es otro a merced del cuerpo; es él quien comunica porque nuestra voz no quiere flui… es de el de quien depende mi movimiento, mi despertar, mi minuto siguiente… y bajo esta condición se da cuenta de que la existencia está constituida por un instante efímero donde esencia y cuerpo son uno.
El cuerpo… base fundamental de la existencia humana es el artífice de todos estos lenguajes que están dados para crear una reflexión en torno a nuestra condición como seres vivos y como parte de la Humanidad, de la sociedad y de la cultura.

La lectura sobre el propio cuerpo es tan importante como la lectura del cuerpo del otro… se es en tanto se es reconocido por el otro, y es el otro quien me da existencia, así como la existencia no es posible sin la existencia de un cuerpo… mi cuerpo. Hablo del cuerpo porque es mi interés particular, porque solo al observar lo que acontece en el, por causa de él y en derredor de él, es que puedo sentir la pulsión de la vida.


[1] Carlos Eduardo Maldonado prologo-Dimensiones ontológicas del cuerpo
[2] Jaime Escobar Triana. Dimensiones Ontológicas del cuerpo. Bogotá 1997.
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El cuerpo enfermo y el arte

Hablar y referirse al cuerpo suele expandir unas lecturas y formas infinitas de abordaje, las ciencias, las artes y la filosofía, todas ellas ligadas a este concepto. Otrora esta fue la mayor preocupación de culturas antiguas quienes  dejaron plasmado en su arte, sus ciencias y su filosofía esta preocupación inminente sobre el cuerpo; dejando también esto como legado a toda la humanidad. Así que no es gratuita nuestra inquietud actual acerca del cuerpo, inquietud que se ve reflejada en las producciones de muchos artistas, donde se presenta el cuerpo en sus estados más decadentes y dramáticos; así vemos a Frida Kahlo que padeció su cuerpo enfermo durante gran parte de su vida, pero que incorporo esta situación en su obra, dejando un gran legado de reflexión al mundo mientras ella escribía con sus colores, sus prótesis y aparatos sobre el lienzo que se convirtió en testigo fiel de su padecimiento. Una especie de sublimación del dolor…
Todas estas manifestaciones son producto  del momento histórico y la forma de vida de cada individuo es así como vemos diferentes lecturas de la enfermedad atreves de la historia, el cuerpo ha tomado formas y lecturas diferentes, así hubo momentos donde el cuerpo fue un espacio sagrado que debía consagrarse como manifestación de lo divino y otros donde el cuerpo es un objeto mas… un objeto que se aísla de la naturaleza del ser, para convertirse en número, en dato o en maquina, como usualmente pasa en nuestros sistemas consumistas.
Desde tiempos inmemorables el ser humano ha creado imágenes y objetos que poseen la capacidad de reflejar tanto el mundo interno del artista como su entorno inmediato.
El cuerpo invisible o la pérdida de la visibilidad del cuerpo

La posibilidad de decidir sobre el nacimiento de un ser, de una vida no deseada con defectos físicos o la prolongación de la vida y la agonía por medios técnicos, el control de la natalidad, la fecundación fuera del organismo, el trasplante de órganos, para solo mencionar algunos aspectos[1], requieren un ejercicio reflexivo sobre la lectura del cuerpo donde la relación cuerpo-corporeidad se integren y no sean cada vez más distantes.

La desintegración del ser humano como unidad, impide la visibilidad del cuerpo como una totalidad unitaria en la que se reconoce que este es el soporte  de la existencia.
Cuando se concibe el cuerpo como objeto (como acontece en la modernidad) nos encontramos con un estado de insipidez y deshumanización en el que se encuentra inmersa la ética, que debería ser ejercida como parte fundamental para la comprensión y observación del ser humano; dejando por fuera la esencia; que no puede ubicarse dentro de ninguna ciencia objetiva.

Mirar el cuerpo, descubrirlo, observar las formas, texturas y expresiones del mismo. Lo importante es tratar de escuchar, para eso hay que empezar a escucharse, observar como el cuerpo se dispersa, no es preciso ni fijo… en cambio, se transforma, se hace poco visible… se pierde en el espacio y es uno con él. Entonces aunque se esté observando y trabajando sobre el propio cuerpo, se está comunicando una condición general.

La comprensión del cuerpo implica el conocimiento de la realidad humana en la cual valores, virtudes, principios morales y concepciones del bien, están presentes; en la salud o la enfermedad, en los conceptos de vida y muerte que no podemos ignorar. La manera como enfrentamos la vida, la ancianidad, la enfermedad y la muerte es un problema de índole cultural, pero la reflexión acerca de la importancia del cuerpo como sustento de la existencia esta imbricada en toda cultura y en todo pensamiento.

Normalmente se nos escapa la conciencia del cuerpo como también se nos pasa inadvertida la salud y solo se hacen manifiestos con la experiencia patológica, donde ya no hay un reconocimiento del cuerpo sino un padecimiento de sus aflicciones. Tanto por el dolor como por el movimiento voluntario el cuerpo se me revela a la vez como mío y otro[2]. Otro del cual se pierde el control, frente al cual somos vulnerables, sin importar nada más; somos a merced del cuerpo.
En enfermedades que degeneran nuestra condición física y mental progresivamente como en la demencia o el Alzheimer[3], se experimenta una  pérdida del dominio del cuerpo esta se hace latente y progresiva así como la pérdida del dominio de sí, esto causa una angustia inevitable, que finalmente acelera el proceso de deterioro. El cuerpo se siente ajeno porque no lo dominamos y propio porque lo padecemos. Cabe citar aquí un corto escrito que hace parte de las reflexiones que realizara yo referente al trabajo de investigación para el trabajo Retratos de Alzheimer en el cual hago referencia al estado mental de las personas que estuve retratando, tratando así de acercarme un poco a su condición :



[1] Jaime Escobar Triana. Dimensiones Ontológicas del cuerpo. Bogotá 1997.
[2] Mainetti, J. A realidad, fenómeno y misterio del cuerpo humano. 1972 pg 29 y 30 “ La experiencia patológica del sufrimiento, la impotencia o la anomalía nos arranca de nuestra desaprensión vital y remite hacia el propio cuerpo la intensionalidad de la conciencia” … “la originaria revelación de nuestra originalidad corporal el doble vector de su presencia subjetiva se hace por las experiencias de la afeccion y de la acción. El cuerpo existe primariamente para mi como la pasividad del sentir y como el obstáculo o resistencia al movimiento”.”el dolor físico, por ejemplo es cualitativamente ontológico (el dolor es el “sexto sentido”, una autentica adicción física a la conciencia). Se deja descubrir como un ente: su maciza realidad no admite la ilusión o la apariencia. Viene de “afuera” en forma de accidental o imprevista; se localiza estesicamente aquí o allí; asi como viene y se va, desapareciendo din dejar rastros, contrariamente al sufrimiento o dolor “moral”. El dolor es, pues, la revelación paradójica de un cuerpo a la vez mio u otro, me pertenece sin que yo pueda coincidirlo identificarme plenamente con el. Otro tanto ocurre con la experiencia de la impotencia de un “no poder” en el movimiento voluntario. Mi cuerpo habitualmente dócil se vuelve obstáculo y resistencia, se revela al rebelarse, al constituirse como una limitación ontológica del querer”.
[3] Es una enfermedad neurológica progresiva e irreversible que afecta al cerebro produciendo la muerte de las neuronas. Es la causa más frecuente de todas las demencias, produciendo un deterioro de todas las funciones cognitivas.
Los síntomas iníciales más frecuentes son: pérdida de la memoria de cosas recientes (se le olvida lo que acaba de decir, lo que acaba de ocurrir, etc.), de la capacidad de concentración, del interés por las cosas; tendencia al aislamiento y a la desorientación. En una siguiente fase no puede entender instrucciones fáciles, se pierde en la calle, en casa; se vuelve irritable, se aísla; pueden aparecer problemas de comportamiento, como agresividad o gritos, puede esconder las cosas o acusar a los demás. Finalmente pueden aparecer problemas para comer por sí mismo o para reconocerse en el espejo.
En la fase final el paciente se muestra incapaz de andar (y realiza la vida de la cama al sillón); tiene incontinencia de esfínteres y se va desconectando casi completamente del medio que le rodea, llevando una vida prácticamente vegetativa. Posteriormente es incapaz de tragar líquidos y sólidos por lo que suele necesitar una sonda para hidratarse y alimentarse. La muerte sobreviene en esta fase.
Actualmente no existe tratamiento, pero se pueden paliar los síntomas y mejorar el cuidado y la calidad de vida del enfermo y de la familia. Tomado de www.definicion.org/alzheimer 17/10/09
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Este pedazo de espacio que a todos nos corresponde
Esta triste agonía
Este acabamiento
El olvidarlo todo en un instante, el estar sentado y al mismo tiempo volando por lo más alto y lo más bajo…
La locura, la incertidumbre del instante.
Un instante extraño, ajeno…
Las miradas desconcertadas,
Las respiraciones que parecieran estar marcando los ritmos de un débil electrocardiograma,
La consumación de la historia…
Los ecos de los débiles pasos en los pasillos buscando respuesta a la confusión y al caos.
El deseo de recordar y ser recordado.[1]

Es una ambivalencia que no solo se percibe en estos casos, puede ser apreciable en muchos otros momentos de de la vida. El enfermo crea constantemente el mundo y reconstruye el pasado, lo habita y de nuevo sale.
Es como si estuviesen balanceándose incesantemente en el devenir olvido.
Cada anterior segundo será borrado y el próximo no existe. En algún momento observo sus ojos…
Pero ellos no me miran, no me reconocen… no me recuerdan.[2] 

El dolor es un factor imbricado de la vida, un factor que tal vez nos proporciona un sentido, ya que el dolor se encuentra implícito en la existencia como un paso fundamental en el desarrollo del ser humano desde su nacimiento, desde el dolor somos conmovidos y empezamos a entender cómo funciona nuestro cuerpo…

Con el cuerpo aparece el mundo pero yo sé como es mi cuerpo por que el otro me lo dice, por que el otro me confiere existencia y es por medio del otro que doy una interpretación a la vida por medio de lo que vivo con el otro y observo en el otro. Podemos observar la vida del otro, vivir y latir con el otro, pero nunca podremos ser el otro porque cada uno tiene su propia historia, su propio espacio, su propio pensamiento, su propio escenario y su propia interpretación de la vida. Así cada uno se hace único y es cuando se reconoce esa unicidad que se puede dar importancia al otro y se pueden generar lecturas diferentes de mi entorno. Es así como el cuerpo se hace visible.

… no basta con la mirada objetiva, no basta con las apreciaciones estéticas ni morales… no basta con la lastima o el pesar… porque ser humano es más que sentir la tristeza al ver los cuerpos desmembrados, ser humano es más que sentir vergüenza por los errores de nuestra especie… ser humano es más que oler y caminar, y comer… ser humano es latir a ritmo de muerte, pero también a ritmo de vida… se es humano con el otro y ser-humano con el otro implica reconocerlo, por ende reconocernos a nosotros mismos. Y si que falta esto dentro de nuestras sociedades actuales, donde el no reconocimiento del otro nos lleva a la barbarie y a la deshumanización… al caos… al averno verdadero… la guerra, y el ocultamiento de la razón real de la existencia, la pérdida del equilibrio natural.

Mi pretensión con el arte no es crear conciencia, sino pulsión de vida/pulsión de muerte… lo que nos confiere humanidad; puesto que solo he encontrado cuando observo estos límites el peso imprescindible de la existencia, ese que me ata a la tierra, ese que me hace reconocer al otro como ser vital para el mundo… ese que deja su huella sobre el colchón.

El ciruelo un macondo 
La línea es lenta
Este corazón no palpita tan fuerte ahora…
Este segundo pende del hilo pequeño de un instante que se agota
Cómo hacer para recordar cuando se está perdiendo la razón?
Como hacer… para sobrevivir a la incertidumbre de estar vivo y no advertirlo?

Recurrir a las palabras sobre papeles que envejecerán con migo
como yo envejezco tras estas paredes que quizá mañana no existan en mi cabeza…
Este pequeño hilo es un susurro.
La línea se disuelve y se agota…
Quizá un día no recuerde que yo la he escrito.

Estephanie Vásquez G.
A los abuelos del ciruelo
2009[3]


[1] Apuntes trabajo de investigación; bitácora proceso personal /retratos de Alzheimer- signos vitales. 2008
[2]Apuntes trabajo de investigación; bitácora proceso personal /retratos de Alzheimer- signos vitales. 2008
[3] Apuntes proceso de investigación para Signos vitales/bitácora proceso personal. 2009 


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